doy treguas a mi soledad que la veo algo fastidiada,
y girando las agujas que tengo en mis nostalgias,
me fugo de esta ciudad que huele a tus fragancias.
Caminos que me llevan a algún lado de España,
carreteras y vías, un calido sol que me acompaña,
suspirando por las cosas que llevo sobre mi espalda,
y de la cual quiero, lejos de ti, poder afrontarla.
Rodando entre señales, puentes y montañas,
veo un buen horizonte, se me alejan algunas lágrimas,
siempre es mejor darle un respiro a mi alma,
para que se refresque de tanto pensar en una ingrata.
Atardeciendo y observando un ocaso color naranja,
bebiendo recuerdos, comiendo todas nuestras semanas,
ando con ganas de retornar y jamás recordarla,
vivir sin el recuerdo de que para ti soy más que nada.
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Paz |
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