Buscando la ciudad donde se esconde mí fe,
salgo de casa con unas ganas de saciar mi sed,
y entre algunas copas, vino y mañanas de café,
reestructuro mi vida con lo poco que pueda tener.
Llego a la estación de una luz llamada amanecer,
donde encuentro a mi alma casi en jaque en el ajedrez,
juntos inventamos la forma de salir de ahí sin caer,
y pensar que hace poco andaba culo al revés.
Me detengo en un bar de nombre Renacer,
veo en un rincón mi corazón golpearse con una pared,
más lo tomo de la mano y le hago ver el atardecer,
donde solo los valientes lloran por una sola mujer.
Y con ellos encontré la ciudad donde estaba mi fe,
me dijo “sabia que encontrarías la forma de volver”,
hay golpes en la vida tan fuertes, yo no sé,
así dijo una vez alguno, seguro por la perdida de un ser.
1 comentario:
Hola, me gusto mucho este poema .. creo q me identifico un poco con el.. Un beso =)
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