Yo ni sé cómo te puedo explicar,
todas las angustias que tengo hoy acá,
tantas caricias que te pueden demostrar,
lo estupido que soy en estas cosas de amar.
Yo a veces siento que te debo contar,
todo el daño que por ti tengo que pasar,
por lo menos mis ojos al ver presentían,
que en tu entierro yo también me moría.
Yo que siempre fui duro ante cualquier complejidad,
tú me decías que viva siempre con dignidad,
en tu agonía lágrimas caían sin cesar,
ahora soy yo el que no quiere respirar.
Hoy que estas en el cielo te voy a dedicar,
todas esas canciones que no te pude cantar,
para que sean una manera de llegar,
donde tú estés, sabes que no paro de llorar.
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