Hace dos días escuche una voz,
me decía cosas sobre historias de amor,
me contó que su amor viajó donde Dios,
y que la extraña en forma de dolor.
Me habló de la forma como la conoció,
las noches a su lado y lo bueno de su olor,
la sonrisa de su llanto, el primer beso que le dio,
el viaje al cielo cuando hicieron el amor.
Y es que de lo que oía no sabía qué decir,
tantas cosas del alma se le salía porque sí,
hay dolores que los hombres no debemos sufrir,
hay dolores que la muerte no puede ponerle fin.
No se cómo pero de la nada me abrazó,
diciendo que lo sentía en el alma pero era mi yo,
aquella alma que me hablaba sobre lo que pasó,
era mi vida, de pronto mi corazón paró.
Y camino a encontrarte mire en nuestro sillón,
que estaba recostado inerte como un faraón,
días de tristeza hizo cerrar mi telón,
sentí que hacia ti iba, sentí perder la respiración.
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