En las novelas de mi vida,
a punto casi de naufragar,
se me quéda mojadas mis mejillas,
teniendo tan poco que contar.
Dime qué ha pasado, porque tan esquiva,
si ya no me quieres, es mejor la verdad,
habla claro, sin miedo y sin prisa,
pero dímelo que me mata esta ansiedad.
Tu silencio dice todo y me clava una astilla,
porque de pronto me encierras en un pedestal,
un cubo oscuro y que no tiene salida,
donde se depositan las cosas que están mal.
Dos cigarros que dejas tras tu partida,
que dejan humos de mucha soledad,
te di todo pero no te importa nadita,
y ahora que haré con tanta libertad.
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