Tenías unas ganas de dejar de respirar,
yo andaba con la pena en mí andar,
no tenias nada en qué ganar,
perdía la vida cada día al llorar.
El amor te había olvidado al pasar,
tenia de novia a mi pálida soledad,
no querías siquiera volver a intentar,
no quería tener ganas de comenzar.
Y en una tarde cualquiera,
de esas que no encuentras igual,
nos dimos besos en la mesa,
por fin un día con un buen final.
Venias de llorar en Canillejas,
yo trataba de reír sin recordar,
traías unas monas blancas medias,
tenía una chompa acabada de comprar.
Conversamos de todas nuestras penas,
tomados de la mano para aguantar,
y de nada te besaba entre tiendas,
de ropa, música y sitios para pasear.
Me besabas con tanta tranquilidad,
que olvide donde teníamos que bajar,
te tocaba con tanta suavidad,
que tengo miedo de volverme a enamorar.
Nos reímos viendo las paradas pasar,
salimos de la mano en ciudad lineal,
la vida a veces te puede reanimar,
poniendo a ese alguien en tu tramo final.
Llegamos a tu casa, me invitaste a pasar,
de pronto estábamos en la cama sin pensar,
hicimos de todo, llegamos al más allá,
donde el amor se esconde, donde es difícil llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario